martes, 1 de septiembre de 2015

EL MAESTRO DE LA ESCUELA

El texto es redactado a fines del año de 1863, donde Ignacio M. Altamirano se dirigía a la ciudad de San Luis Potosí, al congreso de la Unión. Durante su viaje llego a un pueblo indígena donde el alcalde y el cura del lugar, lo buscaron en su alojamiento, para después dirigirse al curato, el lugar donde el cura habitaba, donde converso, bebió y conoció la familia del cura.
El señor cura le mostro sus piezas que eran tres: la despensa, el oratorio y el despacho donde se encontraban algunos libros vulgares, que enseguida el cura trato de ocultarlos, la razón de esto, es que antes estos temas no eran bien vistos en esos tiempos y mucho más si un miembro católico se interesaba en tales cuestiones.
Enseguida el cura mando a cerrar la escuela para que el maestro, que describía como inútil, fuera a tocar la guitarra junto con sus sobrinas, al llegar el maestro el cura le ofreció un poco de vino el cual el negó enseguida.
La cena que ofreció el cura, fue un banquete suculento, de la cual solo le ofreció un dulce al pobre maestro que rehusó con timidez, el cura quería ejercer y ejercía en efecto un dominio tiránico sobre el maestro y todas las personas del pueblo, que para el cura eran indios que no aprendían.
El cura manifestaba que lo mejor para el país, era que fuera tomado por el francés, porque ellos devolverían a la santa iglesia católica a sus fieles, y que la educación tenía que estar en poder de ellos. Molesto se despidió del cura diciéndole que se guardara de predicar doctrinas criminales.
El maestro lo siguió para manifestarle que la doctrina católica no hacía más que sustraer los bienes de los pobres y manteros sobre el margen de ignorantes para seguir cobrando derechos parroquiales.
Pero en fin la republica triunfo y la condición de la escuela no mejoro, ellos debían entender que el estado no tenía religión, y que no se debía permitir la enseñanza de ella en las escuelas porque sería imposible la libertad de cultos.


Por otra parte México contaba con profesores buenos pero demasiados mal pagados, olvidando el gran impacto que tienen ellos sobre el país y menospreciando sus conocimientos. Pero las herramientas del jesuitismo y del retroceso son las enseñanzas de las hermanas de la caridad, la escuela confiada al clero era la confirmación de la monarquía. Si bien el magisterio de la enseñanza pública debía ser vital para el progreso de las naciones y al maestro era menester elevarlo al rango de las profesiones más ilustres porque mediante de ellos se da a conocer el conocimiento universal en un estado de templanza.

referencia bibliográfica
Ignacio M. Altamirano. (1871). El maestro de escuela. 2015, de Bosquejos Sitio web: http://www.dgespe.sep.gob.mx/public/rc/cursos/estudiantes/materiales/modulo_2_antologia_para_estudiantes.pdf

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